lunes, 25 de mayo de 2015

Acerca de los brigadistas internacionales y los mass-media


La pasada semana se publicó en la cadena televisiva La Sexta un reportaje acerca de los brigadistas internacionales españoles que combaten en Kurdistán contra el fascismo.

En este reportaje, publicado en tres partes, aparentemente se trata de dar cobertura a un hecho tan remarcable como la participación de dos comunistas españoles en las brigadas internacionales convocadas por el MLKP (Partido Comunista Marxista-Leninista, de Turquía y Kurdistán norte), uniéndose así a la larga lista de brigadistas venidos de todo el mundo para mostrar hasta las últimas consecuencias su solidaridad y compromiso con la causa de la clase obrera kurda y mundial.

Vídeo-reportaje:
Así se combate al Estado Islámico: el testimonio de Paco Arcadio, un español alistado en el PKK
Uno de los españoles que lucha contra ISIS: “La lucha no entiende de familia, de trabajo ni de estudios”
El miedo de Paco a volver a casa tras combatir a ISIS en Irak

Como se puede comprobar en dicho reportaje, pese a lo productivo de que se refleje por mínimamente que sea en los medios burgueses, es un pobre y sesgado análisis del carácter y la magnitud de este hecho.
Empezando por los errores de bulto como la afirmación de que las brigadas internacionales han sido convocadas por el PKK (Partido Comunista Kurdo, presente en la contienda por la defensa del pueblo kurdo y que defiende el confederalismo democrático), cuando en realidad han sido convocadas por el MLKP, de un carácter ideológico marxista-leninista y que mostrado una implicación total en la lucha contra el fascismo.
Esquema de la estructura de las fuerzas kurdas, se puede apreciar la situación de las brigadas internacionales.

Estas brigadas internacionales, entre las que se encuentran turcos, alemanes, holandeses, británicos, australianos, etc., se han convertido en un símbolo, al igual que ya lo fuera en 1936 durante la Guerra Civil Revolucionaria, de la solidaridad internacional de la que la clase obrera hace gala cuando existe la necesidad de ayuda al pueblo en la defensa y construcción de una nueva sociedad, una sociedad que rompe con el capitalismo y decide deponer la explotación de una clase sobre otra.
Es por esto que el Estado turco reprime ferozmente a los comunistas y al pueblo kurdo, es por esto que el Estado Islámico ha tratado firme pero ineficazmente de doblegar al pueblo kurdo, por esto la comunidad internacional no proporcionó las vitales armas antitanque al pueblo kurdo cuando Kobanê era asediada por la propia maquinaria bélica de la OTAN, públicamente “perdidas” frente al enemigo y evidentemente proporcionadas para desestabilizar la región y legitimar una futura invasión y golpe de estado, sin olvidar entre otros factores, la financiación a los talibanes durante la Guerra Fría para combatir a la URSS en Afganistán, ni su estéril premisa de destruir o recuperar por todos los medios posibles el material bélico capturado por el enemigo.
Mientras los medios burgueses internacionales hablan de EEUU como punta de lanza en la lucha contra el Estado Islámico, de nuevo la realidad nos demuestra que unos bombardeos oportunos en posiciones del ISIS no son más que maquillaje para la pasividad imperante en la OTAN (complicidad demostrada con el Estado Islámico en el caso de Turquía), que se está valiendo de ISIS como ariete para derribar en un principio al Estado sirio, afín al bloque imperialista Ruso-Chino, y de paso acabar con el pueblo kurdo y sus ansias de emancipación.

Es en este contexto, en el que las autodefensas, lideradas por las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) y las Unidades de Protección de la Mujer (YPJ) combaten contra el enfrentamiento militar y ideológico del ISIS. La emancipación de la mujer, de los pueblos y de la clase obrera frente a la barbarie metafísica que lleva a lapidaciones a las mujeres divorciadas, entrenamiento militar agresivo a niños, atentados-suicida en masa, ejecuciones grabadas y publicadas mediante ahorcamiento, decapitación y otras formas brutales como medida ejemplarizante, utilizando a cooperantes humanitarios y todo aquello que se interpusiera en camino del fanatismo fascista.

Es, también, el contexto en el que los brigadistas internacionales deben ser dados a conocer como lo que son, uno de los elementos más comprometidos con la causa de la clase obrera internacional, y no como aventureros ni suicidas equiparables al Estado Islámico, impresión que en más de un momento trata de transmitir el reportaje, pues los yihadistas que viajan a Siria e Irak para unirse al Estado Islámico combaten en busca del botín de guerra, de un supuesto paraíso con vírgenes a su eterna servidumbre, mientras que los brigadistas lo hacen sin esperar ninguna recompensa más que la coherencia, por una nueva sociedad en la que una minoría no explote a una mayoría, por la igualdad y la justicia.

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