El último informe de Amnistía Internacional sobre la situación de las
mujeres yezidíes secuestradas por el Estado Islámico, pone de manifiesto
las prácticas de tortura, violación y otras formas de violencia sexual
que sufren estas mujeres y niñas.
Las mujeres que lograron
escapar de este infierno ofrecieron una horrible visión de la vida que
enfrentan estas mujeres, que han sido casadas a la fuerza, “vendidas” en
mercados de esclavas sexuales o regaladas a los combatientes del EI o a
sus partidarios. También son víctimas de conversión forzada al Islam,
bajo amenaza de muerte.
La mayoría de las cautivas son niñas de
entre 14 y 15 años, a menudo incluso más jóvenes. Los militantes del EI
utilizan la violación como arma en sus ataques, dichas acciones son
consideradas crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.
Estas
mujeres y niñas están entre las miles de Yezidíes de la región de
Sinjar en el noroeste de Irak que fueron víctimas de una operación de
limpieza étnica y religiosa que se inició en agosto.
Es tal el horror y el trauma que soportan estas mujeres y niñas que a
menudo se ven abocadas a poner fin a sus vidas. Jilan, una joven de 19
años, se suicidó duante su cautiverio en Mosul, declaró su hermano a
Amnistía Internacional.
Según los testimonios de mujeres que
lograron escapar, la mayoría de los hombres que las compran y venden son
iraquíes y sirios, muchos de ellos combatientes del EI y otros
simpatizantes del grupo.
Muchas supervivientes yezidíes están
afectadas por partida doble, ya que también hacen frente a la pérdida de
decenas de familiares que o bien permanecen en cautiverio, o han sido
asesinados por el EI.
Randa, una joven de 16 años vecina de una
aldea cerca del Monte Sinjar, fue secuestrada junto con decenas de
miembros de su familia, incluyendo a su madre que se encontraba
embarazada del último trimestre. Randa fue regalada a un hombre que le
doblaba la edad y que la violó. Ella describe el impacto de su terrible
experiencia declarando que es muy doloroso lo que le hicieron a ella y a
su familia, el Estado Islámico ha arruinado sus vidas.
El trauma
de las supervivientes de la violencia sexual se agrava aún más por el
estigma que rodea a la violación. Las supervivientes sienten que su
“honor“ y el de sus familias se ha visto empañado y temen, como
resultado de ello, que su posición en la sociedad se verá disminuida
para siempre. Muchas supervivientes víctimas de la violencia sexual
todavía no han recibido el apoyo ni la ayuda psicológica que necesitan.
Donatella Rovera, Asesora responsable de la Crisis para el Oriente
Medio de Amnistía Internacional realiza un llamamiento urgente al
Gobierno Regional de Kurdistán, la ONU y a otras organizaciones
humanitarias para que intensifiquen sus esfuerzos en proveer apoyo
médico y psicológico especializado en traumas a las mujeres y niñas
víctimas de la violencia sexual.
Fuente Hawar News
Traducido por Newrozeke
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.