Recientemente se cumplieron 90 días de la defensa de Kobanê frente al
despiadado asedio de los fascistas, que tratan de exterminar no solo a
los combatientes revolucionarios que han decidido plantarles cara, si no
que además están acabando de forma sistemática con aquellos civiles
asentados en Kobanê que no han querido huir del Estado Islámico, o en el
peor de los casos no ha podido cruzar la frontera hacia Turquía
Recordemos que Kobanê se encuentra actualmente rodeada por las hordas
fascistas y el único flanco descubierto corresponde a la frontera de
Turquía, a unos pocos cientos de metros ya que el gobierno turco está
llevando a cabo una escandalosa campaña de colaboración con ISIS, entre
cuyos puntos se encuentra el ejercer de tapón para el éxodo masivo de
refugiados de Siria, Kurdistán y otros pueblos que están actualmente
ocupados por el Estado Islámico y su ley del terror.
En esta línea, las fuerzas del Estado
Islámico han atacado las áreas residenciales de Kobanê desde ayer con
aproximadamente 50 dispositivos de mortero.
Ayer miércoles, cerca de las 11:00 (hora local), uno de estos
proyectiles de mortero impactó en un barrio de Kobanê, acabando con la
vida de tres civiles, entre ellos un niño.
Ahmad Abud (50), su hijo Mustafa Abud (12) y Qasim (60 años), fueron
víctima de otro ataque fascista más. Otros civiles que se encontraban
cerca, algunos de ellos familiares y amigos, también han sido heridos y
se desconoce la gravedad de su situación médica, pero ya han sido
evacuados por las fuerzas de las YPG a una posición fuera del alcance de
la unidad de morteros de ISIS.
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